Cerca del Rio

CD NOTE

La zarzuela es un género del teatro musical que en Cuba logró sentar tradición. Tan fuertes y originales fueron los íconos y símbolos de nuestra identidad cultural nacidos de ella, que pronto los mismos se trasladaron hacia otras expresiones artísticas para reforzarlas como genuinos frutos de cultura nacional.

La zarzuela, ya cubana, se expandió con éxito por todo el mundo de habla hispana y con ella se dieron a conocer muchos hábitos, formas de vida e, incluso, posiciones de nuestra filosofía popular. Sobre todo, las actitudes y comportamientos estéticos de los habitantes de nuestro país, se divulgaron a otras regiones del mundo donde obtuvieron la admiración y respeto del que aún, hoy día, goza toda nuestra música. 

Por supuesto, la calidad en la creación, la interpretación y la realización o puesta en escena, constituye el factor principal para el triunfo de cada nueva obra. Pero, cuando se trabaja con tradiciones ya históricamente establecidas, entonces el factor de autenticidad pasa a ocupar un plano muy relevante.

“Cerca del río” es una zarzuela cubana para jóvenes, que logra fusionar de forma acertada lo cubano con la candidez de la niñez y la adolescencia. El manejo de la trama se realiza dentro de las legítimas escenas de la campiña nuestra, con sus características situaciones y problemas, trasladadas al mundo infantil que las rodea. Los personajes hablan y se comportan como lo hacen los más auténticos campesinos que habitan el occidente y centro de Cuba. 

Con ellos se recrean las expresiones picarescas y se construyen los triángulos amorosos característicos de las dramaturgias en las zarzuelas cubanas, aunque dentro del lenguaje propio de nuestros niños. 

La frescura que se percibe al verla y escucharla, está lograda en buena medida porque los conflictos se exponen desde la inocencia de los adolescentes. Podremos, como adultos, estar a veces de acuerdo o no con sus diferentes desenlaces, pero siempre encontramos la legitimidad de una cándida honestidad en la solución de las contrariedades. Los personajes se comportan como niños que reflejan, a su manera, las características esenciales de los campesinos: el amor a la tierra, a sus frutos, al ganado que crían, la hospitalidad, los alimentos siempre listos para el que llega, las actitudes testarudas, las fuertes relaciones familiares que identifican a los hispanos. Todo ello dentro del contextos de engaño, jocosidad, picardía y doble sentido caracterizadores, tanto de este estrato de nuestra población, como de muchos otros símbolos de cubanía esparcidos internacionalmente, durante el siglo pasado, con las representaciones de nuestras zarzuelas.

La música, compuesta por Ivette Herryman, y el libreto de Alfonso Janeiro, siguen con fidelidad los caminos abiertos por el teatro lírico cubano, cuando este ha hecho referencia a nuestros campos y sus habitantes. Más que la utilización de referencias y citas a los diferentes géneros y estilos del punto guajiro – una de las más auténticas expresiones artísticas del campesinado en el centro y occidente del país – aborda los géneros de la canción cubana donde se hacen alusión a nuestra campiña. La guajira, la criolla y la canción lírica, enriquecida esta última con elementos de estilo de las dos primeras, ocupan momentos importantes de esta zarzuela. 

Aparecen también otros géneros musicales de fuerte cubanía, como es el son en diversas variantes, y esto permite enriquecer con su baile los movimientos coreográficos de los actores. Están presente además elementos estilísticos y rítmicos tomados al chachachá e incluso al mambo, que aunque son componentes urbanos de nuestra música, ajenos en este sentido a las manifestaciones artísticas propias de nuestros campos, los mismos impregnan una agradable contemporaneidad a “Cerca del río.”

Por supuesto, aparecen también citas directas de la música del punto guajiro, logradas a veces por el empleo de instrumentos musicales específicos de la música guajira, e incluso, en ocasiones se sustituye toda la participación de la orquesta  por un conjunto campesino. Con ello se refuerza la imagen del campo, tan bien lograda por la escenografía. 

La presencia del coro, con su bien manejado papel de voz del pueblo, – ahora transformado en voz del colectivo infantil campesino – es esencial en el desarrollo de la trama. Su alternancia con solistas y dúos se rige por las férreas tradiciones creadas en el devenir histórico, no solo de la zarzuela en Cuba, sino de todo el teatro lírico y vernáculo en nuestro país. Otra de las evidentes virtudes de esta obra radica, precisamente en que se nutre de elementos tomados a ese teatro vernáculo que gozó de gran popularidad durante muchos años dentro de muy diversos estratos de nuestra población. 

Todos los intérpretes con jóvenes, no solo los que aparecen en escena, sino también todos los de la orquesta. Las cantantes son estudiantes de la Escuela de Canto Lírico del Teatro Lírico Nacional de Cuba y el coro es una Cantoría compuesta por niños y adolescentes de las escuelas primarias vecinas a ese teatro. Los músicos son alumnos del Instituto Superior de Arte, incluyendo a Cósete Justo, su directora de orquesta. Sólo algunos profesionales fueron incluidos para ocupar las plazas de jefes de cuerda.

La concepción general, así como toda la puesta en escena de esta zarzuela infantil, está impregnada de una contemporaneidad tal, que nos permite identificarla, como una obra del siglo XXI, a pesar del manejo de fuertes y antiguas tradiciones en la música y el argumento. Esto se logra, por la modernidad de los conceptos tímbricos aplicados a la orquestación y las formulaciones tomadas a tramas aparecidos en los mejores momentos del espectáculo musical infantil que copó las pantallas del cine y la televisión durante la segunda mitad del siglo pasado.

“Cerca del río” es una auténtica zarzuela cubana de esta era, pues su disfrute se mueve entre el recuerdo de un pasado histórico y la frescura y espontaneidad de los adolescentes de nuestros campos de hoy.

Olavo Alén Rodríguez (musicólogo cubano).